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domingo, 18 de noviembre de 2018

200 AÑOS DEL MUSEO DEL PRADO





AMPLIACIÓN DEL MUSEO DEL PRADO






El edificio que hoy sirve de sede al Museo Nacional del Prado fue diseñado por el arquitecto Juan de Villanueva en 1785, como Gabinete de Ciencias Naturales, por orden de Carlos III. No obstante, el destino final de esta construcción no estaría claro hasta que su nieto Fernando VII, tomó la decisión de destinar este edificio a la creación de un Real Museo de Pinturas y Esculturas. El Real Museo, que pasaría pronto a denominarse Museo Nacional de Pintura y Escultura y posteriormente Museo Nacional del Prado, abrió por primera vez al público en 1819. El primer catálogo constaba de 311 pinturas, aunque para entonces en el Museo se guardaban ya 1510 obras procedentes de los Reales Sitios. Las valiosísimas Colecciones Reales, germen de la colección del actual Museo del Prado, comenzaron a tomar forma en el siglo XVI bajo el periodo de reinado del emperador Carlos V y fueron sucesivamente enriquecidas por todos los monarcas que le sucedieron, tanto Austrias como Borbones. A ellos se deben los tesoros más emblemáticos que se pueden contemplar hoy en el Prado, tales como El jardín de las Delicias de El BoscoEl caballero de la mano en el pecho de El GrecoEl tránsito de la Virgen de MantegnaLa Sagrada Familia conocida como La Perla de RafaelCarlos V en Mühlberg de TizianoEl Lavatorio de Tintoretto, el Autorretrato de DureroLas Meninas de VelázquezLas tres Gracias de Rubens o La familia de Carlos IV de Goya.

Del Museo de la Trinidad llegaron importantes pinturas como La Fuente de la Gracia de la Escuela de Jan Van EyckAuto de fe presidido por santo Domingo de Guzmán de Pedro Berruguete y los cinco lienzos procedentes del Colegio de doña María de Aragón de El Greco. Del Museo de Arte Moderno proceden gran parte de los fondos del siglo XIX, obras de los Madrazo, Vicente LópezCarlos de HaesRosales y Sorolla.
Desde la fundación del Museo han ingresado más de dos mil trescientas pinturas y gran cantidad de esculturas, estampas, dibujos y piezas de artes decorativas por Nuevas Adquisiciones, en su mayoría donaciones, legados y compras. Las Pinturas Negras de Goya llegaron al Museo gracias a la donación del Barón Emile d’Erlanger en el siglo XIX. Compras muy interesantes en los últimos años han sido Fábula y Huída a Egipto de El Greco, en 1993 y 2001, La condesa de Chinchón de Goya en el 2000, El barbero del Papa de Velázquez en el 2003 o, más recientemente, El vino en la fiesta de San Martín de Pieter Bruegel el Viejo en 2010, entre otras.
Numerosos legados han enriquecido los fondos del Museo, tales como el Legado de don Pablo Boschcon su magnífica colección de medallas, el Legado de don Pedro Fernández Durán, con su amplísima colección de dibujos y artes decorativas, y el Legado de don Ramón de Errazu con pintura del siglo XIX.
Tanto la colección como el número de visitantes del Prado se han incrementado enormemente a lo largo de los siglos XIX y XX, por lo que el Museo ha tenido que ir acometiendo sucesivas ampliaciones en su sede histórica hasta agotar totalmente las posibilidades de intervención sobre este edificio. Por este motivo, el Prado se ha visto obligado a buscar el camino de su reciente ampliación mediante una solución arquitectónica de nueva fábrica situada junto a la fachada posterior de su sede tradicional y conectada con ésta desde el interior.
Paralelamente a la ejecución de su último y más ambicioso proyecto de ampliación (2001-2007), el Prado ha iniciado una etapa de modernización cuyo definitivo impulso tuvo lugar en 2004 al aprobarse un cambio de régimen jurídico y estatutario basado en la necesidad de flexibilizar la gestión del Museo, agilizar su funcionamiento e incrementar su capacidad de autofinanciación. Este cambio de estatus se hizo efectivo a través de la Ley reguladora del Museo Nacional del Prado aprobada en noviembre de 2003, como primer paso, así como en el posterior desarrollo de la misma a través de un Estatuto sancionado por Real Decreto de 12 de marzo de 2004.


¿Qué se celebra en el Museo del Prado?
El Prado celebra en 2019 su bicentenario y lo hace convertido en un centro admirado por todos los grandes museos del mundo. El Louvre, el MoMA, la National Gallery o la Galería de los Uffizi se rinden ante su "magnífica transformación" y su "extraordinaria colección".
Los responsables de los principales museos del mundo no escatiman en elogios para el Prado, al que algunos consideran su centro favorito, como es el caso de los directores del MoMA, Glen Lowry, y del Metropolitan, Max Hollein.
"El Prado es uno de mis museos favoritos no solo por su extraordinaria colección sino por la forma en la que nos inspira para ver y pensar de manera imaginativa", afirma a Efe Lowry, que además asegura que los próximos 200 años de la pinacoteca española "serán igual de importantes" que los ya pasados.
Mientras que Hollein considera que el Prado "es una manifestación sobresaliente de excelencia artística y logros humanos".
"Como uno de los museos de arte más reconocidos del mundo, su espectacular colección y sus importantes contribuciones a la erudición han sido atesoradas por casi 200 años. El impacto del Prado en el mundo, y en nuestra comprensión del arte y la humanidad, no se puede subestimar", agrega.
Unas declaraciones de afecto que suben aún más de nivel con las palabras del director de la National Gallery de Londres, Gabriele Finaldi, que ocupó durante trece años la dirección adjunta del Prado.
"El Prado ha experimentado una magnífica transformación en los últimos 20 años. De ser una gran colección se ha convertido en un gran museo. Las adquisiciones, los programas internacionales, las exposiciones, la investigación académica y posiblemente el mejor departamento de conservación de pinturas del mundo lo han convertido en un jugador verdaderamente importante en el escenario mundial", refiere a Efe.
Finaldi destaca la ampliación efectuada por Rafael Moneo, "que ha permitido al museo respirar y extender sus alas" y hace énfasis en que es "un museo de artistas más que un museo de historia del arte" que "abruma con la fuerza de personalidades poderosas", entre las que cita a Rubens, El Bosco, Tiziano, El Greco, Velázquez y Goya.
Un museo que en el futuro mostrará "lo mejor de la cultura española en un contexto europeo y seguirá inspirando a los artistas, como lo ha hecho desde Manet a Picasso, desde Sargent a Bacon, y para dar placer y satisfacción a muchas generaciones de amantes del arte".
Y lo hará también a través del préstamo de sus obras, una práctica que destacó el responsable del Louvre, Jean-Luc Martínez.
"La fructífera colaboración entre nuestros museos permitió en 2012 la realización de la prestigiosa exposición 'Rafael', presentada en los dos museos. Desde entonces, los préstamos han sido numerosos entre las dos instituciones", recuerda.
Un Prado que es como un "hermano" de la Galería de los Uffici de Florencia, cuyo director, Eike Schmidt, destaca la contemporaneidad y cercanía de ambos museos, ya que el italiano celebra en 2019 sus 250 años.
Mientras que para la directora de los Museos Vaticanos, Barbara Jatta, el Prado es "maravilloso y universal" y con su "bellísima" ampliación ha demostrado ser capaz de "tener la fuerza y la apertura" para crecer.
Otra mujer, Sara Gabriela Baz, directora del Museo Nacional de Arte (Munal) de México, resalta la "dignidad" con la que el centro madrileño muestra su colección al público, especialmente en el caso de "piezas emblemáticas y casi de culto" como "El jardín de las delicias", de El Bosco; "El descendimiento de la cruz", de Van der Weyden; "Las Meninas", de Velázquez, o las pinturas negras de Goya.
Un museo que le ha servido de ejemplo para configurar la renovación del discurso museográfico que el recinto mexicano emprendió en 2014.
Porque como señala Marina Loshak, directora del Museo Pushkin de Moscú, "hay museos que te cambian como espectador".
"Para mí, ese museo es el Prado de Madrid. Cada vez encuentro en él algo nuevo, inesperado y que no decepciona. Es un lugar en el que uno se encuentra una enorme riqueza cultural en combinación con la moderación española", añade.
Una idea que también destaca el director del Guggenheim de Nueva York, Richard Armstrong, para quien "el Prado y su colección han sido siempre un ejemplo para los amantes del arte de cualquier edad".
"En mis 50 años de visitas, la institución se ha hecho cada vez más atractiva, igual que lo ha hecho Madrid. ¡Bravo!", finaliza Armstrong.
Y aunque dirige un centro como el Whitney de Nueva York, dedicado al arte contemporáneo, su responsable, Adam Weinberg, reconoce la fuerza del Prado, un "museo increíble" que además atesora su cuadro favorito en todo el mundo.
"He decidido después de muchos años que si pudiera elegir solo una obra con la que vivir el resto de mi vida elegiría 'Las Meninas'", reconoce Weinberg, que recuerda su primera visita al Prado cuando era un adolescente.
"Pensé que era un sitio mágico y no sabía nada de historia del arte, y luego entendí años después que es un sitio magnifico no solo por los cuadros preciosos para alguien que no sabe de arte, sino que tiene algunos de los cuadros más importantes de la historia del arte occidental", asevera.


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