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lunes, 17 de diciembre de 2018

ALIANZAS ENTRE ARTISTAS Y DISEÑADORES







El arte y la moda son una alianza imbatible que tiene historia y actualidad. En 1966, Yves Saint Laurent llevaba los vestidos de cuadros de Piet Mondrian, los casos de arte en formato prenda han sido siempre un éxito. En los 60, Dalila Puzzovio y Delia Cancela hicieron de la moda un arte, o viceversa. En los 90, Gino Bogani creó una colección inspirada en obras de la colección permanente del Mamba. Y mucho más acá en el tiempo, Takashi Murakami y Yayoi Kusama intervinieron las clásicas Louis Vuitton, y Damien Hirst puso calaveras en los jeans de Levi’s. La cartera Acodarte de Marta Minujín y Min Agostini sigue siendo un ícono.

El invierno último, Grimoldi sacó una línea de Hush Puppies que llevaba el estampado vegetal característico de la obra de José Luis Anzizar. Y este invierno, Garçon García lanza una línea diseñada por un músico, Dante Spinetta.
Son muchos los diseñadores que eligieron el recurso del arte para destacarse, individualizarse o envolverse en el aura de lo sublime, lo único e irrepetible, como es el gesto de un pincel sobre la tela.

Hermès se prepara para lanzar su próximo Hermès Editeur en alianza con el maestro cinético argentino Julio Le Parc. Se trata de una colección de carrès limitada, que se llevarán al cuello o se enmarcarán como cuadros, y apuntan a un público coleccionista.
“Con esta colección subí 20 escalones. Es la mejor que hice. No sé cómo voy a hacer la próxima”, dice Jessica Trosman. Su invierno está pintado a mano por Vicente Grondona, creador de mundos delicados y reciente ganador de los Premios Braque. Cada paño fue estampado en el Laboratorio de Experimentación Textil de JT por Pablo Sandrigo con los shablones que Grondona delineó. Una matriz por color y varias pasadas por género para lograr un delicado retrato, un dragón y malezas imaginarias que cubren todas las prendas. En el proceso, las obras fueron mutando: la pintura levó con el calor y en algunos sectores viró su tono. Cada una de las prendas intervenidas fue aplaudida en el desfile del Tattersall de Palermo, donde el pintor, en primera fila, experimentó la rara sensación de ver sus pinturas caminando. La colección es bastante exclusiva, pero tendrá presencia planetaria por el éxito de ventas internacionales. “Me pasó que no quería cortar la tela… diseñé respetando el dibujo. Por eso los buzos no tienen sisas”, cuenta Trosman.

                                 


El gesto visceral de Marco Otero, su pincel derramándose en el paño de un tapado, es la clave de la nueva colección de Poty Hernández, una diseñadora que piensa cada temporada a partir de la obra del artista plástico que mejor refleje su alma en ese momento. Antonia Guzmán, Gerardo Wohlgemuth, Felipe Giménez, Guillermo Irmscher y otros dieron carácter a cada colección, de líneas simples y cómodas, y que con el vuelo que aporta el artista visten mucho más que el cuerpo. “No sé qué haría sin los artistas”, confiesa Hernández. Estudia sus cuadros y de ahí saca estampas, reinterpretando sus gestos, lenguajes y colores. Otero ya había experimentado la alianza con la moda hace décadas nada menos que con Paco Jamandreu. Para esta ocasión hubo desfile en el Museo de Arte de Tigre, y Otero atacó sin culpas un pantalón de cuero negro, un tapado rojo y otras piezas, que se mostraron como concepto. “Ver algo tuyo que se está moviendo y se comunica con tanta gente, en un entorno diferente, fue una experiencia excelente”, dice Otero.


Cuando Mariana Cortés abrió Juana de Arco en 1998 instaló una galería de arte en el sótano. Cortés es artista plástica, y dibuja y pinta los textiles que después hace estampa. “El arte suma originalidad, exclusividad, frescura, novedad. Vestirse con arte aporta placer y viste el espíritu”.
 “El arte es fundamental porque me permite subjetivamente interpretar los temas de cada colección y darme vuelo para crear. El arte trasciende todo y es el medio de conectarnos, comunicarnos. Ya sea para producirlo, para vivirlo o para consumirlo y darle transporte a ese mensaje. La colección es una obra en movimiento, que circula y está viva en todas partes al mismo tiempo”, dice Cortés. 
En esta colección invitó a la grabadora Luisa Freixas a estampar animales. Ya habían hecho juntas una edición de 25 vestidos y obras de arte, una vidriera y Flores de Fuego, una colección que estampó en vivo, con su prensa. Freixas dibujó sus animales en carbonilla y después los talló en madera, para con esos tacos estampar las telas. 
“Estar cerca del arte es una elección”, dice Martín Churba siempre que le preguntan. Su vínculo con los artistas es una constante, tanto para intervenir la vidriera de su casa matriz como para inspirar las colecciones de Tramando: hizo remeras y vestidos con recortes de obras de Graciela Hasper, fusionó figurines de los años 20 con una selección de obras de Pablo Siquier, se inspiró en la de Nora Aslan y sus prints de lentejuelas de colores y en los dibujos de la francesa Louise Bourgeois, tomó la idea de espacio de Zaha Hadid y lanzó series limitadas junto con el gran Clorindo Testa, Pablo Reinoso y Nicola Costantino, entre otros.

Su última colección es Bosque, inspirada en la obra de Rosa Skific. De su mano salen vegetación, un lobo y una Caperucita que se traducen en estampas y texturas: árboles, cortezas y flores de tapices franceses del siglo XVIII se fusionan con camuflajes abstractos y relatos de toile de jouy. “Fue una experiencia estupenda; arte y diseño tienen un romance histórico. Ambas disciplinas mantienen sus renovadas citas y encuentros. Trabajo en el desarrollo de la imagen en el área del diseño textil y en arte, y creo salir enriquecida desde esas dos miradas que se retroalimentan”, dice Skific. Como siempre, estas ediciones limitadas reciben el título de ART Coture, y esta última especialmente es un hit en Dubai y Tokio.

                                  

La artista Cynthia Cohen comenzó llevando a remeras y buzos los animales de sus cuadros. Pronto, la tribu arty los adoptó como must. Ahora también hay bolsos y tazas, y Cohen no se quedó ahí, hizo de su arte aplicado una tienda, La Onion, donde acerca el arte a lo cotidiano. “Hay desde dibujos y acuarelas en formato chico y precio accesible hasta libros, deco, accesorios, música, ropa, zapatos, todo con arte. Me lancé hace seis meses y nunca en mi vida había hecho algo comercial”. Una vez al mes cambian la vidriera y estructura general del local donde todo es móvil, y se ponen al servicio del artista invitado o la consigna. Ahora están los diseños de Them y Malevo Stampa, inspirados en la poética de William Burroughs, con ropa arriba, y serigrafías y lecturas en el subsuelo. Luisa Freixas estuvo ahí también con su prensa para estampar en vivo una serie limitada de remeras. “Es diferente tener una estampa que es obra de un artista”, dice Cohen, al frente de este concept store con aires de tienda de museo.

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