El
pasado 17 de abril el mundo de la moda, del cine, del arte y del diseño se dio
cita en el Museo Thyssen para asistir a la inauguración de la exposición de la
firma Louis Vuitton: Time Capsule.
La noche de la inauguración estaba a rebosar. Esta exposición prevé atraer un
público más extenso de lo habitual. Sin embargo, desafortunadamente la muestra
durará únicamente un mes, clausurándose el 15 de mayo. Time Capsule es un recorrido a través de la
historia de esta emblemática firma, desde 1854 —fecha de su creación— hasta
nuestros días. Time Capsule presenta
innovaciones que han sido fundamentales en el mundo de la tecnología y del
diseño. Desde el Magic Malle o
baúl mágico, símbolo de la casa, pasando por una demostración artesanal de cómo
trabajan en sus talleres con todos sus códigos y símbolos más emblemáticos. Sus
bolsos fetiches o cómo han ido satisfaciendo las necesidades derivadas de los
nuevos medios de transporte. La exposición concluye en una sala con un collage
de vídeos que muestran, entre otros, momentos simbólicos de sus pasarelas.
La moda y el arte han estado unidos desde hace
décadas. En esta muestra se presentan varias colaboraciones, por ejemplo, con
la firma de moda Supreme o con artistas como Jeff Koons o Takashi Murakami.
Desde siempre, los diseñadores de moda han sentido curiosidad por la forma, por
el color, por las referencias sociales, históricas y culturales. Elsa
Schiaparelli fue una de las primeras figuras de la moda que introdujo el arte
en sus diseños. Su naturaleza caprichosa congenió perfectamente con la
genialidad de Salvador Dalí, quien inspiró algunas de sus obras más conocidas
como el vestido de langosta hecho en 1937. Otro ejemplo temprano del cruce del
arte y de la moda surgió de la audaz geometría del pintor holandés Piet
Mondrian, cuyo estilo de “neoplasticismo” se basó en el cubismo.
En la década de 1930, la diseñadora de Hermès Lola
Prusac recurrió a las famosas obras de Mondrian con fondos blancos, líneas negras
y bloques de colores primarios para obtener inspiración produciendo una
variedad de maletas. El trabajo de Mondrian continuó ejerciendo una poderosa
influencia en la moda mucho después de su muerte en el año 1944. El legendario
diseñador francés Yves Saint Laurent disfrutó de uno de sus éxitos más
importantes cuando, en 1965, dio a conocer su Colección Otoño Mondrian.
Aunque otros diseñadores habían experimentado anteriormente con un diseño
similar, fueron los seis vestidos de cóctel de Saint Lauren los que realmente
cautivaron la imaginación del público y abrieron nuevos caminos del arte en la
moda. Finalmente, no nos podemos olvidar de Takashi Murakami, icono en la casa
de Louis Vuitton.
Su
enfoque holístico y comercialmente experto ha conseguido que la moda sea un
escenario natural como forma de expresión artística. Murakami fue el pionero de
un boom comercial
que ha dado paso a otras grandes colaboraciones de la casa con artistas como
Richard Prince o Yayoi Kusama. La creatividad es una cualidad que afecta a
todas las artes, por tanto, no son sólo los pintores los que han inspirado a
diseñadores de moda. La arquitectura es otra expresión artística y tanto los
arquitectos como sus diseños también han sido citados como musas creativas.
Coco Chanel resumió la importancia de esta relación cuando dijo: “La moda es
arquitectura. Es una cuestión de proporción”. Sin embargo, ¿funciona de una
forma inversa? ¿Son los diseñadores de moda artistas? Creo que la respuesta
invita al debate.
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