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martes, 18 de diciembre de 2018

¿MODA? ¿ARTE?

En Agosto de 2011 The New York Times titulaba “Horas de espera para ver la exposición de McQueen”, y afuera del Metropolitan Museum of Art había cuadras enteras de personas esperando entrar para ver la retrospectiva Alexander McQueen: Savage Beauty. Una muestra que exhibía más de 100 piezas del diseñador británico, quien se había suicidado hacía un año, a los 40, en el punto más alto de su carrera. Nadie se esperaba una cosa así, ni siquiera el museo. La convocatoria fue tan masiva, que la exposición se alargó una semana, extendió su horario hasta medianoche los sábados y domingos y se convirtió en uno de los 10 muestras más visitadas en la historia del MET.

Alexander McQueen: Savage Beauty      Alexander McQueen: Savage Beauty     Alexander McQueen: Savage Beauty  





Alexis Carreño, artista y doctor en Historia del Arte, fue a ver la exposición dos veces y recuerda,“El nivel de estetización, el nivel conceptual y el nivel de factura de las prendas era impresionante”

Es el chileno que más sabe sobre el tema y actualmente, de vuelta en Chile, ejerce como académico del Departamento de Artes Visuales de la Universidad de Chile. Desde ahí, ha instalado la pregunta en la academia: si la moda puede ser considerada un arte. En 2016, de hecho, realizó el seminario Arte/Moda Intersecciones en el MAC, y acaba de publicar el libro homónimo con las conclusiones de aquella actividad.


En ese entonces, vivía en Brooklyn y cursaba un doctorado en Historia del Arte y Crítica, en la Universidad Estatal de Nueva York. “Tuve la sensación de estar presenciando un cambio de paradigma: McQueen estaba siendo considerado artista”, dice. La exposición le impactó tanto, que Alexis Carreño terminó cambiando su tema de tesis doctoral: en vez de investigar sobre mujeres latinoamericanas y arte contemporáneo, se abocó a estudiar las intersecciones o puntos de encuentro que hay entre arte y moda, y también las divergencias.
Después hizo una pasantía en el Instituto Tecnológico de la Moda, el cual dirige la afamada académica Valerie Steele, y terminó siendo curador de una muestra sobre arte, moda y folclore en el American Folk Art Museum de Nueva York. 


                         





La discusión de si la moda es arte  comenzó a dar vueltas al mismo tiempo que empezó la moda como tal, a fines del siglo XIX. El mismo Charles Frederick Worth, llamado padre de la alta costura, instaló su casa de modas en París y se autodenominó artista. Worth se fotografiaba con boinas y trajes emulando los retratos de Rembrandt. Y, tal como las pinturas, sus creaciones eran piezas únicas que no se reproducían.





El MET (Metropolitam museum of art) ya había incursionado en la moda, cuando en los 60 creó el Costume Institute. Sin embargo, la exposición de McQueen pareció marcar un antes y un después ya que estaban exhibiendo, por primera vez, piezas de moda en las salas de arte del museo; es decir, en aquellas donde siempre se muestra pintura o escultura. Una señal de legitimación muy potente.


Esta muestra fue considerada crucial en la apreciación contemporánea de la moda como una forma de arte. Sin duda fue un hito que abrió paso a una seguidilla de exposiciones en otros museos, sobre vínculo de arte y moda. La exposición que hizo el MoMA en octubre del año pasado, llamada Items: Is Fashion Modern?, fue una consecuencia. Así como las que ha hecho el American Folk Art Museum o el National Gallery of Victoria.

        Alexander McQueen: Savage Beauty     Alexander McQueen: Savage Beauty





Debemos tener en cuenta que la moda comparte diferentes puntos de encuentros con el arte. El primero de ello es el lenguaje, ambas usan lenguaje visual: las dos disciplinas tienen que ver con forma, color, textura y composición, y tanto artistas como diseñadores trabajan con esas variables. Los otros puntos de encuentro tienen que ver con quienes realizan estas disciplinas: ya sea cuando un artista trabaja con la moda; cuando un diseñador se inspira en el arte; o cuando ambos trabajan en conjunto como hemos comprobado en diferentes entradas de este blog.

Sin embargo, la relación del arte y la moda con la temporalidad es compleja. Si se piensa la moda como un fenómeno efímero debido a que la moda cambia con cada temporada, es posible establecer una conexión con prácticas artísticas duracionales como las instalaciones y las performances las cuales están pensadas para un espacio y tiempo específico. Sin embargo, la finalidad y densidad de estas últimas es distinta a la que tiene la moda.
Según Alexis, las exhibiciones de moda en los museos han contribuido a apreciar la moda como una forma de arte y a reconocer el valor cultural de la indumentaria. “Pero esto no es algo nuevo. Los museos siempre han contado con colecciones de vestimenta y textiles. El fenómeno ahora sucede porque responden a algo mucho más complejo. Por un lado, está la necesidad de estos lugares por atraer a nuevas y numerosas audiencias, y la moda ofrece la posibilidad de lograrlo porque es una práctica democrática y extremadamente seductora. Pero por otra parte, existe un interés por parte de las casas de moda por exhibir sus colecciones en museo, por lo que finalmente terminan financiando las muestras de moda”. Además, Alexis agrega que la importancia de la imagen en la cultura contemporánea, ha ayudado a estos procesos debido a la enorme visibilidad que la moda alcanza en nuestra sociedad. “Atraviesa múltiples campos tales como la política, la economía, el arte, nuestra imagen corporal e identitaria. La moda sobrepasa barreras”.





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Por este motivo, la respuesta a la pregunta ¿la moda es arte? la respuesta dependerá de lo que se considere arte. Claramente no es igual que las artes visuales, pero tiene características de arte: es una manifestación donde la imagen y la mirada tienen una importancia fundamental, tal como otras expresiones de arte. 


Historiadores como Anne Hollander vinculan el estudio de la pintura a la moda como parte de la tradición creativa del hacer, a través de la imagen. Hay también una dimensión performática en el arte y en la moda, ya que el traje se lleva sobre un cuerpo con todo el potencial simbólico que eso tiene.

           



Finalmente, cuando una pieza de indumentaria logra representar el espíritu del tiempo, de la misma forma que una pintura puede transmitir las ideas más relevantes de una época: ahí hay arte. También, en el trabajo de diseñadores que rompen con la tradición y crean una silueta que no existía; o creadores que cuestionan los límites de su disciplina (por ejemplo, la funcionalidad de la ropa), de la misma forma que los artistas visuales se han preguntado por los bordes de la pintura o la escultura. Es decir, la relectura y el cuestionamiento de la tradición y los límites disciplinares de la moda, son consideradas una forma singular de arte.


  Alexander McQueen: Savage Beauty

 Alexander McQueen: Savage Beauty

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